¿La sucralosa daña el ADN?
La sucralosa, un edulcorante sintético comercializado bajo la marca Splenda, ha ganado popularidad como alternativa al azúcar sin calorías. Se utiliza habitualmente en diversos productos alimenticios y bebidas, desde refrescos dietéticos hasta postres sin azúcar.
La sucralosa ha sido considerada segura para el consumo por organismos reguladores como la FDA y la EFSA. Sin embargo, se ha expresado preocupación por su posible impacto en la salud humana, en particular por los daños que puede causar en el ADN.

¿Cómo puede dañar la sucralosa mi ADN?
Para entender por qué la sucralosa puede dañar el ADN de una persona, primero tenemos que echar un vistazo a su composición química. La sucralosa se obtiene de la sacarosa (azúcar de mesa) mediante un complejo proceso químico que sustituye tres grupos hidrógeno-oxígeno de las moléculas de sacarosa por átomos de cloro. Esta alteración química potencia el dulzor del compuesto al tiempo que lo hace casi sin calorías.
Suena muy bien, pero es la adición de átomos de cloro lo que ha hecho saltar las alarmas sobre sus posibles efectos para la salud. Aunque algunos estudios han llegado a la conclusión de que este edulcorante es relativamente seguro cuando se consume dentro de los límites establecidos de ingesta diaria admisible (IDA), existe un debate permanente sobre su potencial para causar daños en el ADN.
En primer lugar, el organismo no absorbe totalmente la sucralosa, que se elimina en gran medida sin cambios por la orina. Sin embargo, puede metabolizarse en pequeñas cantidades, formando potencialmente subproductos nocivos que podrían interactuar con el ADN.
En segundo lugar, algunas investigaciones han sugerido que la sucralosa puede aumentar el estrés oxidativo en el organismo, lo que también puede provocar daños en el ADN. El estrés oxidativo se produce cuando hay un desequilibrio entre radicales libres y antioxidantes en el organismo.
En tercer lugar, nuevos estudios sugieren que la sucralosa puede alterar la composición de la microbiota intestinal. Un microbioma intestinal desequilibrado se ha relacionado con diversos problemas de salud, entre ellos daños en el ADN.
Sucralosa y daños en el ADN: La investigación se centra en el culpable
El debate sobre si la sucralosa daña el ADN cuenta ahora con nuevos datos que contemplar.. Algunos estudios anteriores sugerían que la sucralosa podía tener efectos genotóxicos, lo que podría provocar daños en el ADN. Sin embargo, investigaciones más recientes han acotado al menos uno de los metabolitos que parece ser la punta de la lanza.
Un estudio de 2012 en ratas que descubrió que la sucralosa causaba daños en el ADN de sus órganos gastrointestinales. Sin embargo, la polémica no se frenó porque otros estudios fueron incapaces de replicar estos hallazgos. La FDA y la EFSA se han pronunciado a favor de la seguridad del consumo de sucralosa dentro de los límites de la IDA. Argumentan que la genotoxicidad observada en algunos estudios con animales (como el que acabamos de mencionar) puede no ser relevante para los seres humanos debido a las diferencias en el metabolismo y la fisiología.
Un estudio publicado en mayo de 2023 va más allá. Ha identificado un compuesto específico que daña tanto el intestino como nuestro ADN. Se ha demostrado que el compuesto, sucralosa-6-acetato, no sólo se metaboliza a partir de la sucralosa, sino que está presente en el producto mientras permanece en el estante. Esto significa que puede estar ingiriendo más en una ración de lo que recomiendan los organismos reguladores como límite diario. Más allá de eso, su cuerpo producirá aún más a medida que la sucralosa se descomponga. Una dieta equilibrada, ejercicio regular y un estilo de vida saludable son componentes esenciales para mantener el bienestar general.
A medida que avanza la investigación sobre la sucralosa, es fundamental mantenerse informado sobre los últimos avances. Si le preocupa el consumo de sucralosa, considere la posibilidad de consultar con un profesional sanitario o de explorar edulcorantes alternativos que le resulte más cómodo incorporar a su dieta. En última instancia, tomar decisiones informadas sobre lo que se introduce en el cuerpo es clave para mantener un estilo de vida saludable.